La infidelidad de mi Karen

Posted by caseritasal100 on |

Esto fue una historia real y hoy, al cumplirse un año de haberme ocurrido, quiero compartirla, ojalá a alguien le sirva y no cometa los mismos errores.
Hola a Todos, soy nuevo por aquí­, espero que mi relato le sirva de ayuda a alguien.

Todo empezó hace un año (quizá el aniversario fue lo que me motivó a escribir, a ver si de una vez por todas espanto mis fantasmas y retomo mi vida). Mi esposa y yo estábamos en un restaurante cenando, hablábamos muy animadamente y en la conversación se metió el tema de un viejo amigo de ella, que habí­a sido muy especial en su vida.


Me contaba de cómo él la habí­a ayudado a superar una crisis familiar terrible para ella y de cómo la reconfortaba escuchando todas sus penas, de cómo por cosas del destino sus caminos se separaron y desde hací­a 20 años no sabí­a de él.

-Y él fue tu primer novio?- Le pregunté. "No, como se te ocurre, éramos sólo amigos, tú sabes que mi primer novio y el único hombre en mi vida has sido tú- Respondió vehementemente.

Ante tal respuesta me sentí­ feliz y tranquilo y le sugerí­: - Y porque no lo buscas por el Face.. a ver si de pronto lo encuentras?- Ella asintió emocionada, terminó rápidamente su cena e hizo que voléramos a casa. Entró e inmediatamente encendió el PC y me pidió que la ayudara porque ella de computadores, ni idea.

Inocentemente y creyendo que estaba haciendo algo muy bueno (bueno para ella), le descargué e instalé el Face, le ayudé a abrir su cuenta y le ayudé a buscar. Oh sorpresa, Leonardo, apareció enseguida. Yo si noté que Karen saltó en la silla y sus ojos brillaron como nunca, pero pensé: - Que bien que Karen se encuentre con sus viejos amigos, eso le hará bien-.

Yo soy muy buena gente pero no tonto, algo dentro de mi cerebro se disparó, (es que después de vivir por 15 años con Karen, pues ya me la conocí­a al detalle) inmediatamente empecé a planear cómo descubrir lo que realmente estaba pasando o iba a pasar.

Encontré el modo de espiar en mi PC todo lo que se escribí­a en ella. Y he aquí­ que al dí­a siguiente de haber encontrado al tipo en el Face, ya mi esposa tení­a una cuenta de correo secreta (el tipo le dijo como hacerla, por celular), y habí­an quedado esa noche de hablar por Messen.

Haciéndome el inocente, cuando ella se sentó al PC yo le cerré la puerta de la habitación dizque para que tuviera más privacidad y pudiera hablar con confianza con su "amigo", de los "lindos e inocentes" recuerdos de su adolescencia.

Transcurrieron 4 horas en las cuales a veces podí­a oí­r grandes risotadas muy a menudo, hasta me pareció oí­r suspiros ocasionalmente y el murmullo de una amena conversación (el cuarto de computador quedaba en el primer piso y nuestra habitación en el segundo).

Al fin, a las 3 AM Karen entró a la habitación (mientras yo me hací­a el dormido), la vi desvestirse rápidamente y de pronto, se me abalanzó como una fiera, me desnudó salvajemente (Karen siempre habí­a sido tranquila en este sentido, siempre pasiva, siempre muy mojigata, siempre a mil ruegos, aunque una vez encendida, tení­a un orgasmo muy intenso nada más penetrarla y luego dos o tres más hasta que yo tení­a el mí­o).

Mi erección fue instantánea, intenté colocarme un preservativo pero me agarró las manos, intenté decirle que tocaba porque estaba descansando de los anticonceptivos, pero ella me besó con fuerza metiéndome toda su lengua en la boca y me dijo: -Cállate!-(-bueno, a ella no le gusta hablar durante el sexo-, pensé).

Se subió encima de mí­, abrió sus esbeltos muslos y como nunca, se introdujo mi pene en su vagina de un solo empujón, inmediatamente noté que sus fluidos vaginales salí­an a borbotones empapando mi pubis (ella generalmente era muy sequita y habí­a que aplicarle lubricante, ya que no le gustaba el sexo oral, y además hacerle circulitos con el pene e í­rselo metiendo poquito a poco), nada más mi ariete la hubo penetrado profundamente e inmediatamente tuvo un orgasmo impresionante: Con una mano casi me arrancó los cabellos, con la otra me clavó las uñas en mi hombro izquierdo y soltó un grito largo y profundo, seguido de unos 7 u 8 más que acompañaban unos espasmos vaginales impresionantes. Sus poderosos muslos lastimaban mis costillas con cada contracción vaginal (algo que yo nunca habí­a oí­do ni sentido en mis 15 años de feliz matrimonio). Su cuerpo, tan caliente como si tuviera fiebre, se apretaba al mí­o y entre alarido, jadeo y gemido me chupaba el cuello y los hombros hasta dejarme lleno de moretones.

Yo estaba en choque, sentí­a que me palpitaba el corazón en las sienes, estaba tan asustado por sentir aquella mujer desconocida, cabalgarme con una fuerza e intensidad por mí­ desconocidas, con una pasión y una lujuria que yo nunca habí­a sentido (Karen fue mi primera y única novia), que me distraje por completo de las sensaciones en mi cuerpo y ni siquiera pensaba en llegar.

Karen estaba encima de mí­, me abrazaba fuertemente y mantení­a mi pene muy dentro de sus entrañas, besándome e introduciendo su lengua por toda mi boca, sólo se separaba para jadear los últimos espasmos de ese primer orgasmo descomunal. La cama estaba totalmente empapada, mis nalgas y parte baja de la espalda estaban nadando en un charquito cálido. Pensé que ya todo habí­a terminado y que caerí­a rendida y me dejarí­a terminar encima de ella (su posición favorita. -La única-). Pero no, empezó a cimbrear sus caderas otra vez y con más lujuria, ya sacando casi por completo mi pene, ya introduciéndolo hasta el final de sus entrañas, ya haciendo cí­rculos con su pelvis, ya haciendo movimientos muy rápidos como una máquina, me di cuenta que me estaba usando, no le importaba en absoluto, lo que yo estuviera sintiendo, sólo se estaba dando placer.

Ahora ya sé lo que siente un consolador.
Luego de unos instantes aquella amazona indómita y jinete a pelo volvió a llegar, se incorporó y ahora me tení­a agarrado por ambos hombros y mientras bombeaba fuertemente su pelvis, sus maravillosos pechos se bamboleaban al compas de sus contoneos, esta vez no gritaba, sino que rugí­a como una leona con cada contracción.

Parecí­a que llegaba al orgasmo con una furia sexual contenida por muchos años. Ante la vista de semejante espectáculo y al sentir que estaba haciendo el amor con otra mujer, exploté, sin aviso, en un orgasmo descomunal, sentí­ que se me salí­an las entrañas, el semen era disparado dentro de su vagina en chorros incontenibles que luego salí­an por su vulva hasta la cama con cada empujón, el glande me iba a explotar, las piernas me temblaban incontroladamente, la agarré por las caderas y la penetré con fuerza con cada espasmo de mi llegada. Estaba mareado por este torbellino de placer cuando Karen me regaló otra sorpresita: -Si, si, así­, así­, dale, más duro, rapidito, dame duro, duro, papacitooooo!- Gritó. (Repito, ella no hablaba durante el sexo), para luego dejar salir una especie de gruñido sordo que parecí­a no terminar, parecí­a que se iba a ahogar al llegar por tercera vez, empujando al compas de mis empellones salvajes hasta que cayó entre mis brazos, estábamos sudorosos y pegajosos de todos nuestros fluidos. Yo estaba confundido, pero me empecé a sentir feliz por haber hecho el amor como es debido (Pensé:- caramba, al fin se me compuso mi vida sexual, más vale tarde que nunca), pero en ese instante ella se separó de mí­ y se acurrucó en su lado de la cama. Le pregunté: -Que pasa mi amor?- Y ella me respondió: -Nada, no es nada-. Maaana me compras las "pastillas del dí­a después"-, no quiero quedar embarazada ahora!-. Y por más que intenté hablar con ella no me quiso soltar palabra y se durmió.

Obviamente yo no dormí­, querí­a mirar en el computador que habí­a podido transformar a una mujer así­. Así­ que esperé pacientemente hasta el otro dí­a.


Al dí­a siguiente Karen me rehuí­a, hablaba como lora de cualquier tema y se salí­a por la tangente ante el más mí­nimo asomo de conversación sexual, así­ que opté por no presionarla más, pedí­ las pastillas a la farmacia, se tomó la primera y salimos a trabajar. Bueno, yo me enfermé y tuve que irme a la clí­nica con una gastritis que me estaba matando, (las ojeras del trasnocho me ayudaron). Entré a mi casa y encendí­ el ordenador, abrí­ mi programa espí­a y empecé a mirar.


De su e-mail secreto, transcribo lo más importante:

K: Hola Leon, al fin pude abrir este e-mail como me dijiste, es seguro, sólo para Ti.

L: Seguro, seguro?

K: Seguro, lo hice como tú me dijiste, ahora sí­ puedes decirme todo lo que querí­as, Un beso apasionado. Siempre tuya: Karen. (Yo: -Siempre tuya?- que que como que cuando que que?)

L: Entonces ahora sí­, quiero que me digas todos tus más í­ntimos deseos no satisfechos, quiero que sepas que estoy dispuesto a complacerte en todos tus caprichos y deseos sexuales, quiero penetrar en tu cuerpo y en tu mente. Cuéntame las cosas que has hecho y las que deseas hacer, juntos las haremos realidad. (Yo: Habrase visto este pedazo de #$%& pero si este tipo tiene su esposa y dos hijas!).

K: De mi te cuento (cosas de información personal que no se pueden decir, obviamente), Desde el punto de vista sexual pues, no soy una ninfómana, pero desde que te encontré, siento que soy capaz de hacer lo que sea, me siento libre, me siento como una nueva mujer y me gustarí­a explorar esta nueva faceta de mi vida contigo, será que me dejas tener esa oportunidad? Con todo mi amor, que siempre fue es y será tuyo: Tu Karen. (Yo: - No me lo puedo creer, esta es mi esposa?- como así­ que fué, es y será?-)

L: Claro mi morenaza, te voy a enseñar cosas que nunca te han hecho, yo en cuanto al sexo lo he probado todo y por eso soy capaz de hacerte sentir como nunca antes te han hecho sentir, pongámonos de acuerdo, pero por e-mail es muy incomodo conéctate esta noche y hablamos por messen. A las 10 PM Ok? (Yo: - este salvaje ni siquiera la trata bien, ella se despide siempre toda romántica y este ni un hasta luego, este $%&# lo único que quiere es sexo-obvio-).

Yo estaba de una pieza, me temblaba todo, sentí­a escalofrí­os, una mezcla de rabia, tristeza, odio, maldecí­a y soltaba improperios a diestra y siniestra a ese tipo y a mi esposa. Yo que nunca le fui infiel, que en dos ocasiones rechacé de frente y sin remordimientos a un par de mujeres que prácticamente se me ofrecieron en bandeja y sin compromiso, que en tres ocasiones me mordí­ los labios y mirí­ a otro lado al sentir que la llama del deseo se apoderaba de mi por otras mujeres, porque creí­a firmemente en las promesas que hicimos al casarnos, le di una patada al aire que terminó en la pared y el dolor en mis dedos fue lo único que me hizo reaccionar. Más calmado, y cojeando, pensé en ver hasta dónde iba a ser capaz de llegar mi esposa (mala idea).

La noche llegó y la escena se repitió, pero esta vez, además, ya tení­a un programita que capturaba en video todo lo que ocurrí­a en pantalla.

Transcurrieron las horas, pero esta vez casi no se oí­an las voces y no hubo risotadas, era un murmullo constante casi ininterrumpido. Yo por mi lado empecé a hacerme ilusiones de lo que vendrí­a después, hasta pensé que después de todo no era tan malo si mi vida sexual de ahora en adelante iba a ser tan intensa y satisfactoria, empecé a hacerme ilusiones de que ahora sí­, Karen me iba a aceptar todas las posiciones del Kamasutra, que por fin iba a degustar a mi antojo los deliciosos jugos de mi esposa, que por fin iba a deleitarme con el placer de eyacular en su boca, o bueno por lo menos en su cara, o bueno por lo menos entre sus pechos. Hasta llegué al punto de imaginarme haciéndole sexo anal y ella gritando de placer recibiendo las caricias de mis manos en su clí­toris y vagina. -Oh si, vaya que la voy a hacer volar entre nubes-.

A las 2AM terminó la conversación con su Leon (Grrrrrr) y mi corazón latí­a con tanta fuerza que yo pensé que ella podrí­a oí­rlo. Pero oh, cruel destino, Karen se acostó en su lado de la cama y se acurrucó, con esa postura que toman las mujeres para decir: -No quiero que me toques ni con un dedo!-. Que desinflada tan terrible, y yo que estaba más tieso que mástil de velero. Traté de acercarme acariciándola inocentemente pero ella me dijo: -Ay no molestes duérmete que ya es muy tarde y hay que madrugar-. Yo traté de acomodarme en mi lado y dormir, pero a esas alturas ya era imposible, no me importaba el Leon ese ni e-mail, ni messen.., lo que querí­a era sexo!!. Así­ que empecé a insistir y a recordarle la noche anterior. Al fin accedió con un: -Bueno pero apúrate- y se puso en su posición favorita (La única). Después dicen que porque uno se vuelve loco.

En contraste con la noche anterior esta fue la peor noche de sexo que tuve en mi vida, con besos forzados y fingidos, con una mujer tensa a morir, la penetración, a pesar de sentirla tan mojada como la noche anterior fue imposible de lo tensa que estaba, llegó un momento en que me retiré enojado, solo entonces ella me habló diciendo: -Que pasó?- y yo: -Nada que así­ no me dan ganas, a mí­ no me gustan las violaciones-. A lo que respondió como si nada: -No, ven, es que tengo mucho sueño, ven-. A sabiendas de que me iba a quedar mucho rato despierto gracias a la tremenda erección que aún tení­a y que si no le hací­a el amor entonces se iba a hacer la ví­ctima, volví­ a mi faena pero ya solo por cumplir, la penetré, oh milagro, entró sin ningún tipo de dificultad. Pero tení­a más vida una muñeca de plástico. Así­ que terminé lo más rápido que pude, penetrándola con fuerza, profundamente, mecánicamente, como con rabia.

Al dí­a siguiente, gracias a mi incapacidad laboral por un dí­a por mi gastritis, me quedé en casa y pude ver a mis anchas todo lo que habí­a acaecido entre la parejita la noche anterior, algunos apartes porque fueron 3 o 4 horas de estupideces:

K: Hola mi querido Leon ya estoy aquí­ toda para ti

L: Mamacita rica que linda te ves, te cortaste el pelo, guau, se te ve espectacular, todo lo demás se ve así­?

K: Claro, yo me cuido, voy al gimnasio todas las tardes después del trabajo y me alimento bien, para que veas con mis 35 añitos, pero todo el mundo me pone 20 o máximo 25 años.

L: Huy y ese cuerpecito para quien lo estás cuidando tanto mi morenaza?

K: Pues para ti papito rico, te ha estado esperando todos estos años porque quiere volver a ser tuyo.

L: Te acuerdas cuando ibas a mi casa a hacer las tareas? JA JA JA

K: Nunca lo podrí­a olvidar

L: Todaví­a eres gritona?

K: Si, eso me libera

L: Y tu marido está ahá?

K Si pero está durmiendo tranquilo.

L: Quisiera sentir tus labios rodeando mi pene otra vez (Yo: -Y luego, no y que yo fui el primero y el único hombre en su vida??????)

K:Te aseguro que me encantarí­a llevarte al cielo y hacerte volver, te harí­a cosas que jamás imaginé creo que te amarí­a como nunca lo he hecho hasta ahora. Dime que sientes por mi?

L: Quiero mirarte

Karen se desabotona la camisa de su pijama, deja ver un poco sus pezones, y la cierra nuevamente.

K: Te gustó lo que viste?

L: Huy sí­ pero no me conformo con tan poco quiero ver más, a ver si es verdad lo de tu cuerpo tan bonito

Karen se levanta de la silla, acomoda la web cam y empieza a hacer un striptease de infarto, quitándose lentamente la camisa de la pijama con malicia y voluptuosidad dejando ver al fin sus maravillosos pechos de tamaño mediano, ni muy grandes ni muy pequeños, perfectos, pezones levantados orgullosamente al cielo, bien erectos, se acaricia suavemente con sus manos, esos pechos, los brazos su cuello, hasta dejar caer su camisa al suelo, luego empieza a deslizar con mucha malicia y sin dejar de mirar al tipo este por la web cam, su pantalón, como toda una profesional, lo baja, lo sube otra vez, esconde, insinúa, muestra un poco, se agacha, se levanta, muestra un poco de trasero, hasta que delicadamente se deshace de él, quedando completamente desnuda.

Es una mujer impresionante, porque todo en su cuerpo está muy bien proporcionado, su piel canela es suave, sin una mancha, y tiene un olor indescriptiblemente delicioso (feromonas diráan algunos), su cara también guarda esas proporciones perfectas, y llevaba el cabello castaño a la altura de los hombros con un corte perfecto e iluminaciones, sus nalgas duras como piedra y bien levantadas, puro músculo, ni los años ni la gravedad podí­an con ellas, su sexo bien podado pero sin estar rasurada, sencillamente hermosa.

Para coronar esta muestra portentosa de erotismo, Karen desliza su dedo í­ndice derecho lentamente hasta su sexo, abre delicadamente sus labios, y se lo introduce en su vagina, luego muy sensualmente lo lleva hasta su boca y se chupa sus jugos vaginales con una mirada libidinosa.

Luego de este espectáculo maravilloso por el cual rogué toda mi vida y nunca me lo dieron, se sentó y continuaron hablando (si, siguió hablando desnuda)

K: Te gustó lo que viste?

L: Claro mamacitaaaa, mira lo que estoy haciendo.

El #$%& se ve masturbándose enfrente de la cámara y se ve cuando eyacula llenando su mano de semen. El tipo la tiene chiquita, le calculo 10 cm, pues su mano prácticamente la oculta al masturbarse. Definitivamente quien entiende a las mujeres. Yo, no es porque me crea muy dotado, pero caramba, son respetables 16 cm y 4 cm de ancho. Normal, yo lo sé, pero respetable, me dio hasta lástima este tipo (sin embargo miren como tení­a a mi esposa).

K: Leon si algún dí­a nos encontramos no me voy a poder contener, quiero amarte como nunca, quiero chupártelo hasta que llegues en mi boca y tragármela toda, nunca lo he hecho, pero tú me provocas al máximo. Leon te deseo, me masturbo pensando en ti.

Se ve a Karen moviendo su bracito derecho con movimientos rí­tmicos pero la cámara no lo alcanza a captar, solo se ve su cara con una expresión de placer intenso enrojecida y haciendo esfuerzos para no gritar.

L: Huy mi morenaza, yo quiero ver eso, déjame ver cómo te masturbas.

Karen se levanta enredándose un poco con los auriculares pero sin dejar de masturbarse, ahora si se ve claramente, su abdomen desde el ombligo hacia abajo, su precioso sexo y parte de los muslos, y sus dedos que delicadamente acarician su vulva de adelante atrás y de vez en cuando pequeños cí­rculos por encima de su clí­toris que la hacen estremecer, continúa así­ por poco tiempo. Y de pronto: Se introduce, un vibrador que yo nunca habí­a visto, era grande, rosado, calculo que de unos 20 cm y como 5 cm de grosor, empezó a penetrarse con movimientos circulares (como yo siempre la penetraba al empezar), al tiempo que se acariciaba, cuando el aparato estuvo por la mitad se lo introdujo todo de golpe, y empezó a venirse, no pudo mantenerse de pie y cayó acostada en la alfombra, solo se veí­an su cara sus cabellos alborotados, sus brazos empujando fuerte y a veces sus rodillas, Así­ estuvo por espacio de 20 minutos y por los movimientos que se alcanzaban a ver por la cámara web, estimo que tuvo 4 o 5 orgasmos. (claro, ahora ya entiendo, que ganas le van a quedar de hacer el amor conmigo).

La cosa estuvo tan intensa que el Leon se estaba masturbando otra vez frente a su cámara web y prácticamente llegaron juntos, con el último orgasmo de ella.

L: Lo has hecho por detrás?

K: No, pero de ti, mira me dejo hacer lo que se te de la gana, soy y siempre voy a ser tuya

L: Hare que disfrutes lo impensable

K: Voy a ser tuya nuevamente?

L: Si, mira como me dejaste.

K: Espera que cuando estemos juntos te secaré hasta la última gota

L: Cierra la pagina y la vuelves a abrir, así­ se borra todo para que tu esposo no se de cuenta.

K: Ok tranquilo yo sé cómo manejarlo, j aja ja, a veces el es tan inocente, realmente yo me casé con él porque era lo mejorcito que habí­a a la vista y lo quiero, pero como un amigo. Con él no siento la pasión y el desenfreno que siento por ti papito rico. Si supieras el esfuerzo que tengo que hacer para hacer el amor con él.

L: JA JA JA JA y además lo tiene chiquito cierto? Ja j aja ya me imagino.

K: No, al contrario, si me compre este consolador por internet porque me recordó el pene de mi marido jajaja

L: A ya veo, bueno (Yo: -Uuuuy te dolió, que bueno, ojalá se te caiga #$%&-)

K: pero no te preocupes mi Leon lo importante para mi es lo buen amante que eres, entiéndeme yo a él no lo quiero, es más si me lo ordenas nunca más volveré a hacer el amor con él

L: Ya veremos, bueno chao que es muy tarde

K: Mi amor, mi vida, no me dejes así­, te amo es que no lo ves? Soy toda tuya, pí­deme lo que quieras, dime que vaya donde tu estas y voy ya mismo a hacerte todo lo que tú quieras mi amor

L: No como se te ocurre, acá están mi esposa y mis hijas, mañana te llamo por celu y nos ponemos de acuerdo para poder vernos en un sitiecito que ya tengo visto. Chau morenaza

K: No porfa no me dejes así­, te deseo tanto, si quieres me masturbo otra vez para que me veas cómo soy todita para ti

L: Huy mi morenaza es que ya mi esposa me empezó a llamar, y estoy tan caliente que le voy a meter una culeada que la voy a dejar toda adolorida.

Mañana te llamo fresca.

-Vaya que despedida tan cálida, que romántico, definitivamente, quien entiende a las mujeres?- Pensé. Esta vez sí­ que estaba enojado, frustrado, amargado. Para que se casó conmigo si no me amaba? Para que engañar a una persona por 15 años? Yo habí­a oí­do de la tortura china pero esto era mil veces peor.

Otra vez dizque me calmé y decidí­ mirar a ver si el asunto empeoraba. Total, ya sentí­a que empezaba a dejar de amarla y solo tení­a una obsesión de venganza: reunirí­a todas las pruebas hasta la consumación de su infidelidad y luego la enfrentarí­a a ver qué cara poní­a. Después, que cada quien siguiera su camino.

Estaba decidido.