Mi primera vez con otra niña

Posted by caseritasal100 on |

Hoy en dí­a uno no sabe si es mejor matar la curiosidad o fantasiar con ella...
He leí­do varios relatos donde dicen que las amistades de las mejores amigas siempre termina en algo mas y es muy cierto.. y por eso hoy les contare mi historia.

Mi amiga y yo llevamos como 10 años siendo amigas y pues nunca se nos paso un mal pensamiento de la una hacia la otra, al menos por mi lado siempre fue así­. Ambas tení­amos novio, y nuestra vida giraba en torno a ellos y a la universidad.

Cierto dí­a nos dió a las 2 por emborracharnos (factor primordial para que esos deseos ocultos salgan a flote), nos fuimos a comprar licor y en esas llamamos a una amiga y un amigo más... y como nos querí­amos emborrachar decidimos hacerlo en la casa de mi mejor amiga.

Empezamos a beber y a molestar, hasta que la cosa se empezó a tornar diferente, entre juego y juego me dijeron que si yo era capaz de darle un beso a mi amiga y yo un poco asustada y con las manos sudando no lo pensé mucho y se lo dí­. En ese momento me sentí­ rara pero como fue rápido pasó a no trascender mucho pues la excusa era que nos conocí­amos tanto que era como darle un pico a un espejo, para mi sorpresa en ese instante fue que ella dijo lo mismo y me devolvió el beso...

En esas mi amigo se fue y nos quedamos las tres solas en la habitación. Mientras la noche pasaba, se creaban más expectativas de lo que ambas sabí­amos estaba por suceder, así­ que decidimos pedir más licor a domicilio.

Ya las 3 con mucho alcohol en la cabeza, seguimos el juego, contamos experiencias y empezamos a darnos picos, era un juego excitante, pues mi amiga me miraba diferente y yo a ella, sabí­amos que no podí­a pasar nada más porque tení­amos compañí­a y ella muy sutilmente entre sus tragos me decí­a que querí­a estar conmigo a solas... a lo que yo seguidamente le dije pues emborrachámosla del todo. Y eso fue lo que hicimos.

Mientras le dábamos trago a la otra para que se durmiera, ella tocaba mi espalda muy delicadamente, pasaba por encima mio y asi muy sutilmente me iba calentando más y más. Se acabó el trago y nuestra amiga ya no daba más; la acostamos en otra habitación.

Nos demoramos más en cerrarle la puerta, que en tener un encuentro de labios, nos fuimos para su cuarto medio temblando a causa del trago y la adrenalina que se sentí­a estar besando a tu amiga de toda la vida, pero era delicioso, era dulce, tierno, diferente, algo como mágico.

Aunque estábamos muy extasiadas de lo que pasaba yo razonaba y a veces me le quitaba pues no podí­a creer lo que estaba pasando, pero ella en su calentura me tomaba con sus brazos y me susurraba al oí­do de lo bien que la besaba, en ese momento ella cambió el rumbo de la noche, empezó a besarme el cuello mientras sus manos recorrí­an mi cuerpo y yo que por un instante estuve inmóvil me dejé seducir por esas caricias y comencé a tocar su cuerpo, a cogerle las nalgas que eran preciosas y a besarnos hasta que quedamos desnudas, todo se empezó a dar de una manera natural como si no fuera nuevo para ambas, me recostó en la cama e inmediatamente ella se montó encima y besándome empezó a bajarme hasta llegar a mi punto más intimo y de él no se despegó en un buen rato. Nunca me imaginó que una mujer me hiciera mojar tanto como lo hizo ella, su respiración, su olor, sus movimientos todo era demasiado hasta que llegué a una explosión y me vine en su boca.

Seguí­an los juegos y las caricias y ya era el turno de ella, ahora era yo quien le iba a ofrecer todo ese placer que me habí­a hecho sentir, la volteé de la cama para que quedara de espalda y empezó a besar todo su cuerpo, su espalda era excitante ver como se retorcí­a mientras bajaba besándola, sus nalgas eran perfectas me encantaban y obviamente me detuve un instante en consentirlas mientras mi mano buscaba su clí­toris ansiosamente, estaba húmeda, gemí­a duro, se estremecí­a y para mí­ era mas excitante ver lo que le producí­a yo al tocarla, la puse de frente a mi y comencé a besar sus senos, mientras mi mano aun jugaba con su clí­toris, su respiración aceleraba lo cual me decí­a que tenia que bajar a probar esos jugos que emanaba, comencé a bajarle y ella se agarraba fuertemente de la cama, sus movimientos cada vez eran más fuertes, se quedaba sin respiración y yo seguí­a y seguí­a dándole placer hasta que deporto se escucho un pequeño gemido y la tensión de su cuerpo empezó a mermar mientras tenia ciertos calambres de el orgasmo que habí­a acabo de tener, me subió con sus brazos y nos dimos un largo y rico beso hasta que quedamos dormidas.

Después de eso tuvimos varios encuentros, aunque debo admitir que no le hable después de eso como una semana, pues tenia demasiada pena, pero ella lo supo manejar muy bien. Hoy en dí­a tiene novio y muy de vez en cuando hablamos y cuando nos vemos nos da esa risa de complicidad dispuestas a que en un futuro podamos tener otro encuentro entre ¿las mejores amigas?.

Espero les haya gustado mi historia, un abrazo!